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viernes, 31 de octubre de 2014

" Hay un día que todo lo cambia..."







Se rompieron las rejas que me ataban, se las llevó una madrugada la estación de los años; el amor sigue, siempre estará mientras mi corazón lata, pero ya nada es, ni será nunca, como antes. Hay un antes y un después de ese día. Hace años, 1972, ocurrió igual, son dos antes y un después en mi vida que todo lo cambió, hasta el sentido de las palabras. No solo es el vacío de uno de los cajones del almario, es una tormenta que todo lo arrasa cambiando el presente, el día a día, no se hasta cuando. Intento trenzar de nuevo mis días, recomponer este puzzles que es la vida, pero se me resiste; cuando ya creo tener todas las piezas a mano y justo a punto de encajarlas, viene algún viento que lo trastoca todo. ¿ Os suena? Seguro que si, a todos-as en algún momento de nuestras vidas algo nos ha barrido el corazón con un viento gélido dejándolo frío y aterido de amor y templanza. Pero no tiro la toalla, no debemos tirarla. Hay que levantarse una y mil veces, las que hagan falta e intentar seguir ganando la batalla con una sonrisa, aunque cueste, haciéndola fuerte e intentado no sea una mueca en nuestro rostro.
Sed fuertes, os conozco, os veo en mi, pero no rendiros.
Recibid un cálido abrazo de corazón a corazón, de esos que en momentos como estos se necesitan para poder seguir marchando hacia adelante.
Como dice mi amigo Juanjo, sabedor, ¡como no! también de estos sinsabores:
" Se os quiere; quieranse"

1 comentario:

  1. Querida amiga: ¡cuanta razón tienes! A fuerza de soplar ese viento gélido, terminan por acabarse las sonrisas. Las ilusiones y las esperanzas rotas, tienden a dejar el corazón débil y encogido. No se atreve ya a esperar nada, por miedo a nuevas heridas. La vida es, la mayoría de las veces y para algunas personas, ingrata, por eso, prefiero no poner ilusiones en un mañana, bello y diferente, porque...¡quien sabe lo que me espera a la vuelta de las esquinas de los días! Quiero creer en la vida, mantener esa sonrisa franca y esperanzada, pero ella, la vida, me la ha jugado y mal, varias veces; por eso ahora, sólo sonrío y río en el presente, cuando la ocasión lo merece. Mis fuerzas, esperanzas e ilusiones, han desaparecido gracias a algún plan diseñado para mí. Es triste, pero ahora, es cierto. Quizás algún día...pero tengo que verlo y sentirlo, para volver a creer.

    Un abrazo. Te quiero.

    Isa*

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