El tic-tac del segundero marca, uno tras otro,
como acentos que matizan los momentos de la noche que me robáis.
Es un hurto que entrego con mi mano
y siento escapar fluidamente como un goteo incesante
que no se bien de dónde viene,
ni a dónde irá...
las 12, la 1...
una noche más, con exactitud,
el camión de la basura pasa recogiendo desperdicios
que vamos abandonado atrás,
se encarga de "limpiar olvidos",
"ojos cerrados", sinrazones", "injusticias",
"recortes que provocan hambre
y llenan bocas que vomitan saciadas",
pasan de noche,
no queremos verlos, así nos cuesta menos
seguir cerrando los ojos
aunque no durmamos.