Allá en el cielo dónde te encuentres llegarán mis lágrimas. Lágrimas de dolor, de impotencia ante el deseo de verte, sentir tu calor y acariciar tu pelo, fueron tantas los vacíos que llenabas que tu marcha en silencio, en la distancia, duele cada uno de los días. Me quedaste como lazo de unión entre el más allá con ese sexto sentidos que tenéis, mi tristeza era tanto mía como tuya y juntas compartíamos su ausencia, te dije que no te dejaba, que solo eran unos días y no te abandonaba, que esperaras...y no quisiste decirme adiós; y duele tanto, tanto... ¿ por qué? tan solo un día más, fue tan solo un día más y este dolor no estaría acompañado de la amargura de no haber podido despedirnos.
No se si fuiste en su busca, o bien fue ella la que te llevó para, como dice mi hermana, dejarme libre. Pero yo no quiero esa libertad, esta libertad tan llena de ausencia y soledad sobra sin vosotras.
Cada noche, al cerrar la puerta, la casa está más vacía...
Cada noche, al cerrar la puerta, la casa está más vacía...
