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domingo, 15 de enero de 2012

" Carta a la abuela"

De Mª Belén Moreno Alcaide
A sus casi 90 años, sigue siendo muy guapa, pese a todo lo que ha y está pasando, porque la suya es la belleza del amor, del amor que tiene al mundo en general, del amor y la confianza en el ser humano, del amor que tiene por sus niñas, por su familia, por los que estamos y por los que nos dejaron, porque siempre los tiene presentes... Cómo nos olvidamos, cuando nos hacemos adultos, de decir a las personas queridas que las quieres, con la de veces que te lo decía cuando niña, y lo que me cuesta decirlo ahora... Y no es que lo sienta menos, al revés, porque ahora es el amor mezclado con la admiración. Porque cuando niños, sólo sabemos que queremos a los que nos quieren, pero no sabemos todo lo que han pasado, todo lo que han sufrido, y, pese a todo eso, siempre, abuela, has tenido una sonrisa en la cara, un beso en tus labios, un abrazo en tu cuerpo, un "lo que le haya de pasar a ellos, que me pase a mí".
Casi 90 años de alegrías, de penas, de risas y de lloros (estos siempre en soledad, siempre en soledad, aunque tu Antoñito está siempre contigo, eh). Él es el que te da fuerzas para continuar adelante porque sabe que tú eres el pilar de esta familia, la gran matriarca, la gallina con sus polluelos. Y, aunque estos polluelos ya se hayan hecho grandes y algunos tengan a su vez otros polluelos,¡¡¡¡ te seguimos necesitando!!!!
Abuela, abuelita, ya sé que no te lo digo casi nunca, pero tú sabes lo mucho que te quiero, que te necesito, aunque sea en la distancia. Todos los días me acuerdo de ti, a todas horas. Porque yo soy quien soy gracias a mis padres, a tus hijas, y ellas son las grandes mujeres que son hoy en día gracias a ti.
Por eso, abuela, aunque no te llame todos los días, aunque cuando hablemos no te lo diga, ten siempre presente que te quiero, que te quiero mucho, y que te necesito en mi vida. Y no sólo porque seas mi abuela, sino por todo el amor que me has dado, todo el cariño, porque tú lo das todo.

¡¡¡¡TE QUIERO ABUELA!!!!

La cuarta generación, su´primera bisnieta, Mª del Carmen.
Ayer recibí este mensaje-carta, de mi sobrina. Con permiso suyo, he querido compartirlo con todos vosotros, no solo como homenaje a mi madre, si no para que sea para todas las abuelas que siempre están en el día a día de nuestras vidas, haciendo más allá de lo que sus fuerzas le permiten.
Cuando mi padre murió, yo contaba 16 años, la más pequeña de las tres hermanas. Mi madre solo contaba 52, él solo 57. Con solo mi hermana mayor recién casada, se quedó con nosotras dos y un negocio que sacar adelante...y lo hizo, ¡vaya si lo hizo! hasta que sus ojos se fueron secando de llorar tanto a solas, pero sin rendirse NUNCA...
De mis Notas, fecha:17 de Junio 2011

"Réquien por un ángel"

                                             


Los ángeles existen.
No se si son asexuales, si etéreos, si tienen alas...pero si sé de los que son simples mortales que junto a nosotros día a día luchan por la vida.
Los hay.
Tienen siempre una sonrisa a mano, dulzura en la mirada, una mano abierta, silenciosamente, para quien le necesita, amor paciente, luchan con humildad y son orgullo de los suyos...
Los hay, y hoy, cansado Dios, quizás, de dejarlo entre nosotros, lo ha llamado ante Él.
Se que ahora estará abrazando, charlando, con otros que ya disfrutan de esa paz, sé que con ese otro ángel que Dios nos quitó hace años y le quería como un padre, hablarán y cuidarán de nosotros...pero duele. Duele perder esa fuerte- brisa- suave que es su cariño y su sonrisa...
Una oración por Miguel, este ángel que hoy se nos a ido...
Te queremos y echaremos mucho de menos.
De mis notas, fecha: 3 de Febrero de 2011

domingo, 8 de enero de 2012

" Ya vienen los reyes..."



Una vez más, mi mente juega, como niña, a esconder y retomar recuerdos en un jeroglífico inexplicable que va y viene en mi mente, descifrando y componiendo palabras y de nuevo invirtiéndolas en un juego interminable.
Siempre queda una parte de nuestra niñez que prevalece, retazos de vivencias que hace que nuestro yo adulto siga soñando e ilusionándose, entre tanto traspié del día a día.
Es Navidad, ya queda poco, para los que como nosotros, celebramos la venida de Los Reyes Magos, ese día de ilusión y deseos.
Estos juegos me traen difusos recuerdos, llenos de brumas, como perdidos en mares de nieblas para allí, al final, vislumbrar el faro de luz que ilumina ese camino hacía momentos vividos con alegría junto a mis hermanas.Intento rescatarlos, hoy las llaves del cajón de los recuerdos se resisten a abrirlos para lograr reunir cada pieza del puzzle.
¡Hay tantos en los que pararse! me quedo con ese, que todos tuvimos, en que vamos despertando a la verdad e intentamos descubrir las pruebas de que "ellos" son los padres.
Me veo junto a mi hermana burlando la vigilancia de mamá, para entrar a registrar en el dormitorio los armarios intentado encontrar los juguetes y ver, en una mezcla agridulce, que llevábamos razón.


Soy la más pequeña de tres hermanas, la mayor de la segunda se llevan cinco años, la segunda de mi dieciséis meses. Recuerdo una vez que tenía ella un Pepón como este que os muestro, de cartón, lo que había en aquellos años. ¿Sabéis que hice? pues , muy limpia yo, lo bañé. :-(( Ya podéis imaginar lo que pasó cuando el cartón se empapó de agua...Ese es uno de los tantos que se me vienen al ir escribiendo. Las brumas se van disipando y afloran cada vez más facilmente los dulces paisajes de la niñez.Después de comprobar nuestra razón hicimos un falso engaño no solo para ellos, sino para nuestros propios deseos de seguir viviendo esa ilusión. Y al pasar de los años, no sé bien en que momento "decidí" seguir creyendo en esos Reyes Magos que deseo existan en algún lugar y puedan ayudarnos en trances que sentimos insalvables. Cada año les hablo, les presento los males que nos aquejan, y, sin poder evitarlo, siempre, nace un nudo en la garganta, junto a la petición  que nos ayuden a salir de ellos. Hay mucho por qué darles gracias, pero en dichos momentos siento la necesidad de acudir a ese "milagro" que necesito. Así, sosegada en la esperanza de seguir en la lucha un año más, apoyada en la fe de lograr salir adelante, los abrazo con alguna que otra lágrima furtiva.